El slap en hockey es una técnica utilizada para disparar el puck con fuerza y velocidad. Se trata de un golpe fuerte y potente que permite enviar el puck hacia la portería contraria de manera rápida y precisa.

Para realizar un slap, el jugador debe tomar impulso, balancear su cuerpo hacia atrás y luego golpear el puck con la parte inferior del bastón. Esta técnica se utiliza principalmente durante los tiros libres y los penales, ya que permite generar una gran potencia y dificulta al portero el bloqueo del tiro.

El slap es una de las técnicas más espectaculares y emocionantes del hockey. Los jugadores que dominan esta técnica son capaces de lanzar el puck a velocidades superiores a los 160 km/h, lo que les da una clara ventaja para marcar goles y contribuir al éxito de su equipo.

Además de la potencia, el slap también ofrece ventajas tácticas. Al enviar el puck a gran velocidad, se dificulta su interceptación por parte de los defensas y se crea mayor incertidumbre en la portería contraria. Esto puede generar rebotes y oportunidades de gol adicionales para el equipo atacante.

En resumen, el slap es una técnica esencial en el hockey, que permite disparar el puck con fuerza y velocidad hacia la portería contraria. Los jugadores que dominan esta técnica pueden marcar goles y contribuir al éxito de su equipo, generando oportunidades de gol adicionales y dificultando al portero el bloqueo del tiro.